El euro se desplomó el lunes hasta su nivel más bajo desde 2002, ya que un nuevo aumento del precio del gas aumentó la preocupación por la economía de la región.
La caída se produjo cuando el precio de referencia del gas TTF en Europa subió más de un 10% hasta un máximo de 292,50 euros por megavatio hora, antes de bajar ligeramente a 278 euros, lo que le permitió alcanzar su precio de cierre más alto de la historia. En el Reino Unido, los precios del gas para entrega al día siguiente subieron hasta un 33%, hasta 4,80 libras la termia (57 dólares por millón de BTU).
La subida de los precios de la RPT en Europa puede llegar a reducir la producción industrial en la Europa continental y llevar a la región a la recesión, según los operadores y economistas. El temor generalizado a la escasez este invierno ha llevado a los usuarios de gas a tratar de bloquear los suministros, lo que ha hecho subir los precios a la vez que aumenta el temor a una grave desaceleración económica.
¿En qué contexto se da esta caída?
El euro rompió inicialmente la paridad con el dólar estadounidense en julio, pero se recuperó. La última caída refleja tanto la preocupación por la crisis energética como una amplia subida del dólar impulsada por las expectativas de que la Reserva Federal estadounidense suba los tipos de interés de forma mucho más agresiva que el Banco Central Europeo.
La última subida de los precios del gas fue provocada por el anuncio de Gazprom, el monopolio ruso del gas respaldado por el Estado, a última hora del viernes, de que planeaba realizar el mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1 a Alemania a principios del mes que viene, según los operadores.
Gazprom ya ha recortado la capacidad de la línea a sólo el 20% de lo normal, lo que ha provocado que los precios del gas se hayan duplicado en Europa continental desde junio, y los funcionarios europeos han acusado a Moscú de “militarizar” los suministros tras la invasión de Ucrania.
¿Qué esperar del euro?
Se teme que cualquier mantenimiento pueda servir de pretexto para un cierre prolongado de la línea, ya que Moscú ha achacado la reducción de la capacidad a las sanciones occidentales que han interrumpido su programa normal de mantenimiento.
Dado el elevado nivel de los precios del gas, una subida diaria del 10% supone ahora un enorme cambio en el nivel absoluto de los precios del gas. Esto da un tono sombrío de cara al invierno, ya que muchos gobiernos se preparan para proteger a sus poblaciones de lo peor de la crisis del gas.
Los precios del gas en Europa también respondieron a la subida del precio del gas natural licuado en Asia, donde las empresas de servicios públicos respaldadas por el Estado están iniciando las compras de cara al invierno. Europa tiene que competir con los grandes importadores de GNL de Asia, como China, Japón y Corea del Sur, para asegurarse la limitada cantidad de cargamentos de GNL que no están sujetos a acuerdos de suministro a largo plazo.